El otro día fuí a un hipermercado con mis hijos y había un rosco de bizcocho de degustación y le di a probar al pequeño y no quiso. Me resultó extraño porque le gusta mucho pero no le pregunté nada más. Volviendo a casa le hablé sobre el mismo tema y me dijo que no lo cogió porque pensaba que lo estaba robando. Así que como le apetecía este fue el resultado final de la historia:
Tuvimos que hacer uno. Estuvo rico rico y el niño pudo comer lo que le apeteció sobre todo porque le añadimos unas pepitas de chocolate.
2 comentarios:
Una historia muy simpática, pero después de ver la altura del bizcocho, nos gustaría saber la receta
No me he enterado muy bien.
Quieres decir que volvistes a robar otro bizcocho para comerlo en casa?
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