El
Café Bar SAFARI, en la intersección de la avenida Mediterráneo y Carrera del Perú, ya no es lo que era: un bar cutre, con los azulejos más feos que has visto, un bar sin mesas donde sentarse, nunca más veremos al anciano con una caja de bebidas de un lado a otro, ni a la anciana con su moño y su delantal blanquísimo trajianando en la cocina. Ya no te ponen dos arenques con almendras, no nos dirán la carta de tapas de corrido:
arenques, morcilla, pincho, hamburguesa, tocineta, ..., incluso "te la puedo decir en inglés: arenques, morcilla, pincho, ..."
Todo esto se acabó porque lo han reformado y está irreconocible: moderno, con carta de tapas, mesas y sillas donde sentarte, sin ancianos, con tosta de arenque (singular),
Esto son dos tapas
Puede parecer que echo de menos los tiempos antiguos, pero no es así, lo prefiero como lo han dejado, porque sólo la mejoría de tener mesas y sillas donde sentarse y taburetes en la barra ha merecido la pena del cambio.
Lo peor: la tosta de arenque (en comparación con lo que ponían antes)
Lo mejor: los
callos, buenos y abundantes.